¿Los cigarrillos electrónicos son dañinos? Mitos y verdades según los expertos

¿Los cigarrillos electrónicos son dañinos? Mitos y verdades según los expertos

Publicado en: 18/07/2025

Descubre los mitos y las verdades sobre los cigarrillos electrónicos: desde la definición de e-cig hasta los líquidos para cigarrillos electrónicos, los aromas líquidos y mucho más

El debate sobre las e-cig nunca ha sido tan intenso: hay quienes las consideran un avance en términos de salud respecto a los cigarrillos tradicionales, y quienes temen los posibles riesgos de inhalar vapores que contienen nicotina y aromas líquidos.

En este artículo analizaremos en detalle el funcionamiento de las e-cig y de los líquidos para cigarrillos electrónicos, desmentiremos los principales mitos y aclararemos las posturas expresadas por investigadores de renombre internacional.
El objetivo de nuestro análisis es ofrecer un panorama claro y basado en evidencias para responder a la pregunta: ¿los cigarrillos electrónicos son realmente dañinos?

Qué es el cigarrillo electrónico

El cigarrillo electrónico, comúnmente llamado e-cig, es un dispositivo electrónico diseñado para transformar en vapor un líquido compuesto por propilenglicol, glicerina vegetal, aromas líquidos y, a veces, nicotina. A diferencia del tabaco quemado, que produce miles de compuestos nocivos, la e-cig utiliza una batería para calentar una resistencia, vaporizar el líquido y generar así un aerosol para inhalar.

Introducidas en el mercado a principios de los años 2000, las e-cig han evolucionado desde los primeros modelos cig-a-like, hasta las pod mods más sofisticadas, llegando hasta los cigarrillos electrónicos desechables — las llamadas puff bars. Estos dispositivos de un solo uso, listos para usar y sin componentes reemplazables, han aumentado el número de usuarios, haciendo el vapeo accesible también para quienes no desean ocuparse de recargas o sustituciones de resistencias.

Por qué son menos dañinos que los cigarrillos tradicionales

Numerosas investigaciones y organismos de salud internacionales reconocen que las e-cig son menos dañinas que los cigarrillos tradicionales. La razón principal radica en la ausencia de combustión: al no quemar el tabaco, se evita la formación de gran parte de las sustancias irritantes y cancerígenas.

Reducción de toxinas: mientras que el humo tradicional contiene más de 7,000 compuestos, de los cuales al menos 70 son conocidos por ser cancerígenos, el aerosol de las e-cig presenta cantidades significativamente menores de sustancias tóxicas. En laboratorio se ha detectado que la concentración de alquitrán y monóxido de carbono es prácticamente nula.

Control de la dosis de nicotina: los líquidos para cigarrillos electrónicos se venden con concentraciones variables, desde 0 mg/ml hasta los valores permitidos por la ley. Esto permite reducir gradualmente la nicotina y personalizar la experiencia de vapeo, eligiendo e-líquidos con diferentes intensidades.

Impacto en el sistema respiratorio: aunque inhalar cualquier sustancia extraña puede causar irritación, los estudios comparativos indican que quienes cambian completamente a las e-cig tienen una mejor función pulmonar y una reducción de los síntomas respiratorios en comparación con los fumadores de cigarrillos.

Menos humo de segunda mano: el aerosol liberado contiene partículas que persisten menos en el aire y, aunque no es inodoro, resulta menos dañino para quienes están alrededor del vapeador.

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Mitos y Leyendas

Mitos sobre los cigarrillos electrónicos

A lo largo de los años han surgido varios mitos alrededor de las e-cig, a veces amplificados por artículos engañosos. Aquí los más comunes:

“Las e-cig causan explosiones e incendios”: aunque se han reportado casos de baterías defectuosas, se trata de incidentes aislados relacionados con prácticas incorrectas de carga o dispositivos no certificados. Usar productos de calidad y cargadores originales reduce drásticamente el riesgo.

“Los aromas y sabores líquidos son tóxicos”: algunos estudios han detectado la presencia de sustancias irritantes como el diacetilo en líquidos no regulados. Sin embargo, los fabricantes que cumplen con la normativa europea (TPD) usan aromas aptos para contacto alimentario, sujetos a controles estrictos.

“No se sabe qué hay en el líquido”: la legislación exige el etiquetado completo de ingredientes y la notificación al Ministerio de Salud. Comprar en distribuidores autorizados garantiza transparencia.

“Las e-cig crean una nueva adicción”: la nicotina sigue siendo una sustancia adictiva, pero el mecanismo de reducción gradual favorece la deshabituación más que el tabaco tradicional. Además, en los últimos años han aumentado las opciones sin nicotina.

“El vapeo causa ‘popcorn lung’”: esta enfermedad, conocida como bronquiolitis obliterante, se había atribuido en el pasado al diacetilo presente en aromas de mala calidad; hoy en día, los líquidos que cumplen con las normativas no contienen diacetilo o presentan cantidades insignificantes, eliminando prácticamente el riesgo.

“El vapor de los cigarros electrónicos es humo pasivo dañino”: el aerosol de las e-cig se dispersa rápidamente en el aire y contiene solo trazas mínimas de compuestos nocivos; numerosas investigaciones demuestran que el riesgo para quienes están cerca del vapeador es mucho menor que el del humo pasivo de cigarrillo.

“Las e-cig dañan los pulmones igual que los cigarrillos”: aunque es cierto que inhalar aerosol puede causar irritaciones, las investigaciones indican que el daño pulmonar asociado al vapeo es mucho menos grave y a veces reversible en comparación con el daño provocado por el humo del tabaco.

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Científicos y cigarrillo electrónico: opiniones autorizadas

Científicos y cigarrillo electrónico: opiniones autorizadas

El debate científico sobre las e-cig y la salud incluye estudios y declaraciones de instituciones e investigadores de relevancia internacional:

  • Public Health England (PHE): en su informe de 2015, declaró que los cigarrillos electrónicos son al menos un 95 % menos dañinas que los cigarrillos tradicionales y recomendó su uso como herramienta de reducción de daños.
  • Prof. Peter Hajek (Queen Mary University of London): pionero en la investigación sobre el vapeo, destacó que las e-cig representan una herramienta eficaz para dejar de fumar, sin riesgos comparables a los del tabaco quemado.
  • Prof. Konstantinos Farsalinos (Onassis Cardiac Surgery Center, Grecia): sus estudios analizaron la composición química de los aerosoles, confirmando niveles de toxicidad mucho más bajos que el humo tradicional.
  • Organización Mundial de la Salud (OMS): aunque no avala las e-cig como terapia oficial para dejar de fumar, reconoció el potencial de reducción de daños en comparación con los cigarrillos tradicionales y solicitó regulaciones para limitar el acceso de los jóvenes.
  • Royal College of Physicians (RCP): en el documento “Nicotine without Smoke” de 2016, destacó que el cigarrillo electrónico puede desempeñar un papel clave en la reducción de los efectos nocivos del tabaquismo, sugiriendo su inclusión en las estrategias de control del tabaco.
  • National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine (NASEM): en el informe de 2018 observó que el aerosol de las e-cig generalmente contiene concentraciones mucho más bajas de sustancias tóxicas que el humo del cigarrillo, aunque recomendó más investigaciones sobre los efectos a largo plazo.

Conclusión

A la luz de las investigaciones científicas y las opiniones autorizadas, se concluye que las e-cig, aunque no están exentas de riesgos, representan una opción claramente menos nociva que los cigarrillos tradicionales. Los diversos e-liquids para cigarrillos electrónicos y los aromas líquidos disponibles en el mercado permiten personalizar la experiencia y, para quienes usan nicotina, reducir progresivamente la dosis.

Contrarrestar los mitos más comunes y confiar en estudios y evaluaciones de expertos es esencial para actuar con conciencia en un entorno en constante evolución, aprovechando al máximo las ventajas de las e-cig, sin perder de vista sus posibles limitaciones.